viernes, 11 de junio de 2010

Bosnia Herzegovina, vestigios de una guerra



Tomo dirección Mostar, ciudad bombardeada en el conflicto de la antigua Yugoslavia; en el camino campos verdes, montañas y bellos lugares en donde se produjo una guerra. Este hecho es evidente por sus marcas, paisajes marcados por multitud de tumbas de soldados y algún cañón abandonado.
Mi llegada a Mostar me emociona, con alguna lágrima y un nudo en el pecho, pues aquello tuvo que ser aterrador; edificios en ruinas, con sus fachadas destruidas por los impactos de las balas. Ando entremedias de las ruinas de un alto edificio de hormigón, imaginando lo que pudo ser aquello, sacando algunas fotos.
Visito el famoso puente de Mostar, destruido en el conflicto y actualmente reconstruido. Paseo por sus calles, comprando algún recuerdo curioso como un bolígrafo hecho con balas y la balloneta de un kalashnikov.
Parto dirección Sarajevo, ciudad muy grande y con un caótico tráfico, la cual visito y salgo corriendo. Regreso a Dubrovnik por una carretera de montaña, haciendo alguna pista de tierra; me paro a hacer una foto cuando un padre se acerca a mí como si de un astronauta se tratase y alucina con la moto, monta a todos sus hijos y nos echamos unas risas.
Continuo el camino y al anochecer monto la tienda al lado de un cementerio, aquí seguro que no me molestará nadie.
Al día siguiente llegaré a Dubrovnik donde he quedado con mi compañero de viaje para proseguir juntos.


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