Me desvío rumbo norte, pasando por Bazargán, viendo de nuevo el monte Ararat. Decido ir por secundarias visitando pueblos anclados en el pasado, conociendo sus costumbres y mezclándome con ellos, utilizando como no la risa, acercándome a sus pequeños, haciendo algún espectáculo. Así voy cruzando el país, con risas y haciendo amigos pues he recogido a un chico que hacía dedo, viajando dos días conmigo. Nuevamente la gente me acoge en sus casas, mostrando el lado más humano…
martes, 3 de agosto de 2010
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