sábado, 19 de junio de 2010

Nos ponemos en marcha dirección Pamukkale siendo un día cargado de amabilidad. Nos paramos a desayunar y nos invitan a tes y unos panecillos típicos turcos. Nos llevan a visitar la panadería enseñándonos el horno, como se saca el pan y nos presentan a los panaderos que nos regalan un pan de un kilo buenísimo. Nos hacemos unas fotos entre risas y avanzamos el día pasando mucho calor hasta parar en una zona de concesionarios para acampar, pues llevamos todo el día en la carretera y no hay otro sitio. Se escucha un silbido cuando estamos parados; es el guarda de seguridad que amablemente nos indica cual es el mejor sitio para dormir. Nos saludamos y sin entendernos nada con la forma más básica, (la risa y los gestos) nos pone en un sitio resguardado, nos saca unas sillas, una mesa, una jarra de agua fría. Nosotros alucinamos con la amabilidad. Aceptamos la invitación; nos pone unos tes y nos prepara una cenita a base de pepinos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario